ACERCA
DE LOS ENFOQUES EN RECREACIÓN
Autor: Lic. PABLO A. WAICHMAN
- Argentina
En este trabajo se intentarán discriminar las grandes posiciones teórico-prácticas
que fundamentan características muy específicas de las actividades recreativas.
Luego de una introducción que mostrará algunas dificultades para acordar una
definición del término recreación, se hará una breve descripción de tres
enfoques: el Recreacionismo, la Animación Sociocultural y la Recreación
Educativa.
¿De qué hablamos cuando mencionamos el término recreación?
Para el saber vulgar, el del hombre de la calle en su lenguaje
cotidiano, es sinónimo de entretenimiento, divertimento, alegría, actividad sin
esfuerzo y no demasiado importante, etc. Se desarrolla en un tiempo de poca
valía social, no obligatoria y que no supone productividad.
Para aquellos que intentamos analizar, comprender e incidir en las
prácticas sociales del tiempo libre, la temática es más compleja ya que debemos
circunscribir el concepto a ideas que puedan ser descritas, comparadas y
generalizadas a efectos de generar un conocimiento ordenado, jerarquizado, con
posiciones coherentes y demostrables. Hablamos de la recreación individual,
grupal o social? Dirigida o espontánea? Aleatoria o sistemática? Pública o
privada? Es lo mismo el ocio que el tiempo libre? Es sinónimo el ocio de la
recreación? Lo recreativo se da cuando acabó el tiempo de obligaciones? La
recreación implica optar o elegir? o ambas cosas? Cuál es la incidencia social
en las prácticas recreativas? Todos los juegos son recreativos? Cuándo o por
qué una tarea se torna en recreativa? Hay relación entre educación y
recreación?
Curiosamente, no se encuentran demasiadas aproximaciones o definiciones
dadas por expertos. La gran mayoría de ellas indican qué se hace mas que
ocuparse de afirmar qué es recreación. Y a partir del modo o tipo de
actividades se habla de recreación activa o pasiva, individual o social, etc.
Es por demás llamativo que muchos de los libros o trabajos que hablan y aun se
titulan "recreación", no la definen. Sin embargo, y para que el
lector pueda comparar similitudes y diferencias, veremos a continuación alguna
aproximaciones.
Tomemos, por ejemplo a Ethel Medeiros en su obra "Juegos de
Recreación" (Buenos Aires, Ruy Díaz, 1969):
"CONCEPTO
DE RECREACION: Si cada uno de nosotros hiciese un rol de sus actividades
recreativas y si tales listas fuesen puestas lado a lado, encontraríamos las
más diversas ocupaciones. Figurarían, por cierto, cosas tan diferentes como
lectura y natación, música y excursionismo, pintura y fútbol, cine y filatelia,
teatro y cocina, danza y pesca, etc, etc. Saltaría a nuestros ojos que la
recreación comprende un número infinito de experiencias en una multiplicidad de
situaciones.
"¿Y
qué habrá de común en actividades tan diversificadas, muchas veces
contrastantes, al punto de hacerlas surgir bajo un único rótulo? Evidentemente
no será el tipo de ocupación... Lo que caracteriza a todas es la actitud del
individuo, la disposición mental de quien a ellas se entrega, por propia
elección, en sus horas libres. Lo que para unos constituye un trabajo pesado, para otros es recreo, es
pasatiempo dominguero. Cualquier ocupación puede ser justamente considerada
recreativa, siempre que alguien se dedique a ella por su voluntad, en su tiempo
libre, sin tener en vista otro fin que no sea el placer de la propia actividad
y que en ella encuentre satisfacción íntima y oportunidad para
recrear."(página 21)
Una versión diferente de la autora brasileña la proporcionan los
mexicanos Boullon, Molina y Rodríguez Woog en su trabajo "Un nuevo tiempo
libre. Tres enfoques teoricoprácticos" (México, Trillas, 1984):
"Además
de las condiciones en las definiciones clásicas de turismo y recreación hay que
agregar que el turismo es un fenómeno social producto de otro fenómeno social:
el tiempo libre institucionalizado, que se consolida y desarrolla gracias a los
avances de la civilización moderna alcanzados en materia de desarrollo de los
sistemas de transporte. La recreación, en cambio, acompaña al hombre desde sus
mismos orígenes, porque es una manifestación natural del ser de la cual no
puede prescindir sin que se afecte el equilibrio de la persona. El turismo es
prescindible, la recreación no." (página 16)
Y
siguen afirmando "Si aceptamos que el turismo solamente se puede realizar
durante los periodos de vacaciones y durante algunos fines de semana largos, en
aquellas ocasiones en que algún feriado cae cerca del sábado o domingo, pero
que en la mayor parte del tiempo libre se encuentra distribuido entre las horas
entre semana, fin de semana y días feriados, debemos concluir por decir que
esos días y esas horas no pertenecen al turismo sino al campo de la recreación,
(como se ha llamado a todas las salidas fuera del hogar con fines de
esparcimiento, que no implican pernoctación en el lugar elegido, para pasar el
día o parte del mismo)" (página 49).
Otra aproximación la encontramos en la introducción del libro
"Recreodinámica del adolescente (Motivación y tiempo libre)" del
recientemente desaparecido especialista argentino Alfredo J. Loughlin. En la página l8 del
trabajo (Buenos Aires, Librería del Colegio, 1971) dice:
"Resumiendo:
a) La
recreación no es sinónimo del llamado "tiempo libre".
b) En
la vivencia auténtica de lo recreativo debe poder experimentarse la vivencia de
lo "no obligatorio", en el sentido de que el tiempo que nos insume
dicha experiencia es vivido como propio, sin frustraciones, porque se halla
alentada por un interés profundo ("Siento que mi tiempo, el de mi vida, no
se pierde sino que se realiza") De ahí que lo recreativo puede surgir en
el trabajo cuando éste permite nuestra realización.
c) Las
situaciones recreativas son diferentes: varían en cada cultura y subcultura. La
vivencia de lo recreativo tiene diferentes matices según cada personalidad;
puede ser más o menos rica, profunda, auténtica o inauténtica.
d) La
vivencia recreativa auténtica es una ruptura, sin pérdida de la conciencia, de
lo habitual o cotidiano, que permite el descubrimiento y penetración en una
nueva dimensión de la existencia, y que va acompañada de un sentimiento de
plenitud.
e) La
posesión de un "hábito" de tiempo libre, no asegura, por sí solo, la
experiencia recreativa auténtica.
f) Para
que sea posible una experiencia recreativa, debe haber, psíquica y
biológicamente, una disponibilidad de energía."
Hasta aquí tres versiones de una misma noción. Para Medeiros, la esencia
pasa por cualquier actividad en tanto sea voluntaria como placentera; para los
autores mexicanos es una forma de turismo en pequeña escala; para A. Loughlin
es una vivencia personal. Son diferentes tanto sus puntos de partida como la
conclusión a la que llegan. Del mismo modo, se presentarán tres líneas
conceptuales y de acción que reflejan la dispersión del concepto.
Desde ya debe quedar claro que lo que sigue no pretende dar una
definición formal, completa y final de cada posición sino aproximarnos a las
grandes y diferentes concepciones que se manejan en el mundo. Tales
aproximaciones permitirán formar conceptos acerca de los respectivos marcos
teóricos, su significado, el sentido del ocio o del tiempo libre, su relación
con el trabajo, la noción de libertad, el tipo de actividad, etc.
En todos los casos existe una relación marcada entre una temporalidad
encarnada en los términos tiempo libre u ocio, una acción concreta sobre la
realidad; un grado de libertad expresado en la selección de la acción; y una
satisfacción compensatoria o creativa que supone el fin a lograr con la
actividad.
A partir de lo antedicho, podríamos esbozar que la RECREACION es:
·
una actividad (o conjunto
de ellas);
·
que tiene lugar en un
tiempo liberado de obligaciones exteriores;
·
que el sujeto elige
(opta, decide) y
·
que le provoca placer
(diversión, entretenimiento, alegría).
Este tipo de definición habla de un enfoque de la recreación desde lo
individual, pero puede extenderse a lo grupal.
Probablemente, la diferencia entre las acepciones del término RECREACION
pase más por la fuerza de cada uno de los cuatro elementos señalados en tanto
su relación con los restantes. Entonces alguien enfatizará la libertad (es la
actividad que se hace porque sí, porque la elegí); otro, el tiempo en que se da
(es todo lo que hacemos cuando no nos obligan a hacer otra cosa); otro más
priorizará lo placentero (es hacer lo que me gusta); etc. Podríamos seguir
combinando posibilidades. Así aparecerán también los elementos mas subjetivos
diferenciados de los más objetivos. Aparecerán los juegos y sus teorías, etc.
En general, no se utiliza la noción de recreación como sustantivo, como
entidad de análisis, sino como adjetivo, como atributo de algo (la actividad). De
allí que se hable de juegos recreativos, matemáticas recreativas, actividades
recreativas, turismo recreativo.
Tales formas del lenguaje suponen que "lo recreativo" es un
carácter otorgado a un hacer concreto; y ese carácter tiene relación con el juego,
con la diversión, el entretenimiento, etc. En este trabajo intentaremos
fundamentar la noción de recreación como un sustantivo, como un objeto a
definir más que como alguna característica agregada. A ese objeto tiende, por
demás someramente, la Recreación Educativa.
Normalmente, lo recreativo es concebido como apareciendo cuando concluye
la obligación, cuando no hay deberes que cumplir. Así aparece la noción de un
supuesto tiempo libre como la condición o soporte temporal de la cual puede
emerger lo recreativo.
Tomemos un ejemplo: el lapso entre una asignatura y otra, en la escuela.
Pensemos que el recreo escolar justamente es una temporalidad que carece de
importancia para los adultos pero que produce una gran felicidad a la mayoría
de los usuarios en tanto se elimina "lo importante" para los docentes
y aparece "lo importante" para los niños. Esa alegría del recreo,
simbolizando aquí todo lo recreativo, ¿es tal porque no hay más obligación o
por el recreo en sí mismo? Esta aparente oposición entre lo necesario y,
generalmente, aburrido y monótono por un lado, y lo "libre" y
placentero por el otro, ¿será la esencia de la recreación o sólo una
contradicción en las concepciones del trabajo en esta sociedad? También,
podemos pensar que ese recreo no es sino la contrapartida indisoluble o vuelta
a un equilibrio perdido en la clase previa: esto es, cada recreo será diferente
para los alumnos según la actividad anterior, la relación vincular con el
docente, los permisos otorgados, etc.
¿Lo recreativo será entonces lo accesorio? ¿Será una compensación por el
trabajo o por el cumplimiento de las obligaciones? ¿No podrá existir por sí
mismo, con una identidad propia, caracterizada por lo creativo, libre,
placentero, comprometido? Probablemente, si la dinámica de la clase fuese ágil;
si los alumnos fueran protagonistas de la construcción del conocimiento; si las
actividades fuesen placenteras e interesantes; si la participación de los
educandos fuese intensa y comprometida los recreos no serían necesarios o la
actual forma de estructurarlos no sería pertinente. Más aún, podríamos pensar
en organizar el horario de cada día juntos: maestros y alumnos. Sólo estos
recreos serían "libres" - o, por lo menos, más libres que los
anteriores. Lo que sigue sólo será una introducción
a las respuestas necesarias.
EL RECREACIONISMO
Lo que describiremos a continuación no debe considerarse un movimiento
organizado. Es un modelo de acción que SUELE tener las características que se
indican a continuación.
Esta concepción enfatiza la idea de las acciones al aire libre, sean o
no organizadas. Caracteriza a la recreación como un conjunto de actividades que
tienen como sentido el uso positivo y constructivo del tiempo libre. Centra su
análisis en los espacios y medios: instalaciones, técnicas de trabajo,
instrumentos o materiales, etc. Su fin es, en general, el uso del tiempo
liberado de obligaciones en forma placentera y saludable. La actividad más
representativa y casi exclusiva es el juego. Es el enfoque típico que se
desarrolla, particularmente, en Inglaterra y EEUU y que tiene mayor
predicamento en nuestro país.
F. Munné en su trabajo “Tiempo libre, crítica social y acción política”
(en M. Villareal (Coord): “Movimientos sociales y acción política”. San
Sebastián, Servicio Editorial Universidad del País Vasco, 1989) dice:
“El
recreacionismo responde a una sociedad tecnificada e interesada en que las
personas se diviertan, es decir se distraigan y ocupen de un modo socialmente satisfactorio
su tiempo de ocio, considerado como un tiempo excedente, del que se dispone
para regenerarse sin degenerarse. Joseph Lee, considerado el padre del
movimiento recreacionista al aire libre, señalaba el valor terapéutico del ocio
al decir que éste, además de permitir el goce de la belleza, restablecía el
equilibrio físico y fomentaba la participación en grupos (Samuel, 1974). Es
evidente el carácter compensatorio del ocio así entendido.
En
Europa, si exceptuamos a Inglaterra, el movimiento recreativo ha tenido en
general escasa relevancia. Posiblemente porque responde a un modelo de sociedad
ajeno a la cultura continental.”
El recreacionismo suele considerar a la recreación como una sumatoria de
actividades que tienen lugar al fin de cada día, de cada semana o en las
vacaciones. Tales acciones tendrían como único fin el divertirse en tanto se
constituye éste en forma de compensación del cansancio y aburrimiento producido
por las tareas cotidianas.
No interesa en demasía el por qué de las actividades más allá del uso
del tiempo desocupado. De allí que lo importante sea el brindar una amplia
oferta de posibilidades desde lo gratuito (uso de lugares públicos al aire
libre) hasta sofisticados y onerosos juegos (por ejemplo, aquellos que producen
“realidad virtual”).
En el caso de actividades estructuradas, en general, el personal que
actúa se ha formado en la misma práctica o proviene del ámbito de la Educación
Física. La calidad profesional suele medirse por la antigüedad y la cantidad de
recursos técnicos que posee. Suelen ser eminentemente empíricos y, algunas
veces, reactivos a concebir una fundamentación de su accionar. Y esa empiria se
centra mayoritariamente en prácticas ligadas al cuerpo y su desarrollo, en
desmedro de otras formas de cultura –como la plástica, la música, la
literatura, la investigación, el periodismo, etc.-: ello constituye una de las
diferencias netas entre el recreacionismo y la animación sociocultural.
No siempre desarrollan el planeamiento previo de las tareas sino que
prefieren mantener la espontaneidad aunque ello reste coherencia al proyecto de
trabajo; suelen proveerse de un “cronograma” donde la variable central no son
los objetivos ni las actividades sino el tiempo disponible. La dirección de los
grupos a su cargo suele ser autocrática y, en algunos casos, “laissez-faire”.
Para una crítica del recreacionismo desde una óptica ideológica puede
consultarse el trabajo de José L. Cervantes Guzmán “¿Recreacionismo o
recreación?”, publicado por la Comisión Nacional del Deporte de México en 1993.
También, y con el mismo criterio, puede leerse la publicación cubana de 1977 “La
recreación: un fenómeno sociocultural”, del pedagogo caribeño Ramón Moreira
Barahona. Es destacar que, en el idioma inglés existen dos términos diferentes
para señalar aquello a que intentamos acercarnos: leisure abarca las
actividades ligadas al entretenimiento, eminentemente aleatorias e
individuales, en tanto que recreation indica más bien actividades organizadas y
dirigidas. Se hace una neta diferencia entre lo que compete a la decisión
personal y lo estructurado exteriormente, enfatizándose, por ejemplo, el “hágalo
Ud. Mismo”.
LA ANIMACION SOCIOCULTURAL
Un segundo modo de intentar clarificar la noción de recreación está en
la Animación Sociocultural. Esta nace en la década del 50, de la mano de J.
Dumazedier, inicialmente como metodología de la Educación de Adultos, noción
que luego se incluiría en la de Educación Permanente o Educación Continua. Sus
iniciadores provienen del campo sociológico, preocupados por la participación
social y la educación popular que debiese proporcionar los conocimientos y
actitudes para que el individuo, a través de acciones grupales, no sólo
comprenda su medio sino que aspire, y aún pueda, trasformarlo. Es así que esta
posición se inscribe con características mucho más progresistas, democráticas y
humanistas que el recreacionismo.
El término “animación” está referido a que quienes llevan la tarea
adelante, los “animadores”, son movilizadores de las inquietudes de las
personas en el denominado tiempo libre.
Pierre Besnard (“La animación sociocultural”, Buenos Aires, Paidós,
1991) dice:
“La
animación sociocultural, ¿de qué se trata?. Para algunos, es un método de
organización del ocio, a semejanza de las técnicas de recreación
norteamericanas, con una concepción “ocupacional” del tiempo libre de los
individuos; para otros, es un movimiento social de emancipación de las masas,
que debe servir para la expresión de una verdadera cultura popular; algunos
piensan que es un sucedáneo de la ideología participacionista que permite una
evolución social sin conflictos, mientras que otros opinan que es un
instrumento de la subversión. Para los animadores técnicos y profesionales
constituye la ocasión de trabajar en la cultura y de hacer productiva su “creación”,
difundiéndola por intermedio de numerosas instituciones socioculturales. Para
los “militantes” es la posibilidad de afirmar su ideal, de hacer compartir sus
valores o sus neurosis. Para los tecnócratas de la cultura, es la criada para
todo servicio; para los ediles locales, la ocasión de extender su poder o de
perderlo”(página ll/12).
Y
continúa: “Pero la animación es también el conjunto de miles de prácticas
culturales, estéticas, deportivas y sociales que se desarrollan en los clubes,
las casas de jóvenes, los hogares y centros sociales, los campamentos de
vacaciones, el turismo social, las marchas y excursiones al aire libre,
naturismo, manualidades, jardinería, conciertos, música pop y discotecas,
bailes y reuniones, discusiones, clubes de la tercera edad, clubes de
fotografía, cineclubes, actividades lúdicas en grupos pequeños, teatro, circo,
espectáculos animados, debates, fiestas populares, clubes de lectura, cafés,
ciclismo, judo, música, clubes de motociclismo, etc. Estas actividades se
desarrollan con diferentes equipamientos, con la ayuda de animadores
voluntarios o profesionales, formados “en la acción” o en centros
especializados, animadores que se dirigen con técnicas y normas pedagógicas
distintas, a públicos diferenciados por la edad, el sexo, el medio, la cultura,
las motivaciones, la profesión; gente que se constituye en forma de grupos,
movimientos e instituciones: objeto propio de la animación y su razón de ser.”
(página 15/16).
En principio, a diferencia del recreacionismo que se preocupa
fundamentalmente por las actividades, la animación sociocultural se aboca al
análisis de los cambios sociales y culturales y a cómo el individuo o el grupo
van tomando posición. Tiende a un cambio de actitudes en las personas de modo
de participar en las modificaciones de la sociedad y haciéndolo
conscientemente.
La primera propuesta de modificación está en relación con la
comunicación y los grupos, para lo cual la animación sería el dinamizador por
excelencia. Pero, mientras que para algunos especialistas es un método de
adaptación y control de conflictos sociales, para otros es una concepción de
liberación individual y social a través de la participación.
La noción de Educación Popular está implícita en cuanto a que, en los
orígenes del movimiento de animación sociocultural, en Francia, grandes
sectores de la población no tenían acceso a la cultura y a la educación y, en
todo caso, éstas eran monopólicas. La animación sociocultural se propone como
movilizadora de grandes masas y como opción ante el modelo único de la cultura
oficial (no por nada, en los años de posguerra fue en los sindicatos franceses
donde más se desarrollaron las técnicas de animación). De allí que sea
entendida como un método tanto como un conjunto de acciones.
Y son múltiples las instituciones que desarrollan actividades
socioculturales: asociaciones voluntarias, organizaciones sociales y
culturales, colectividades, movimientos, partidos políticos, etc. Y estas
acciones dependen de los intereses manifestados por los participantes en las
instituciones y en los grupos. Son prácticas de iniciación y desinteresadas (no
profesionales) justamente porque no son brindadas en otros ámbitos o tienen
otra orientación.
En lo que hace al término “animador”, hay grandes diferencias conceptuales
–como las hay en la definición de animación sociocultural- según el ámbito de
la actividad, si el personal es profesional o voluntario, según los objetivos
de la tarea, etc. Sin embargo, se coincide en que son agentes de “animación
socioeducativa” en tanto su tarea tiene que ver con la modificación, aparición,
toma de conciencia, de valores sociales que profesa cada institución. Aquí nos
encontramos con otra gran diferencia con el recreacionismo: las acciones de la
animación sociocultural tienen un significado educativo, sea a través de una
intencionalidad consciente (Educación No Formal) o no (Educación Informal).
También, por lo expresado hasta aquí, se notará que la animación sociocultural
se refiere a un tipo de sociedad con valores notoriamente distintos a la
sociedad individualista del recreacionismo.
Una clasificación –de las muchas que existen- de los animadores es
proporcionada por J. F. Chosson y citado por P. Besnard (op. Cit.):
“-el
animador “de vanguardia”: creadores en ruptura, espontáneos, sin prejuicios,
que no quieren integrarse al sistema social y ser absorbidos por la
producción-consumo cultural; a la búsqueda de nuevas formas;
-el
animador del ocio: técnico del ocio, semejante al “recreólogo” norteamericano;
piensa que hay que “ocupar” a las personas en actividades culturales
eventualmente lucrativas;
-el
animador encargado de relaciones humanas: apasionado por las técnicas
psicosociológicas, creador de comunicaciones y de atmósferas no conflictivas,
es decir, ortopedista social.”
(Página
111).
Aquí podemos observar algunas de las diferentes posiciones dentro mismas
de la animación sociocultural y la caracterización especial del segundo grupo
en tanto tiene elementos comunes con el recreacionismo.
También es común a los dos modelos planteados la noción de tiempo libre
y de ocio (loisir, en francés) en tanto se acepta sin un sesudo análisis
crítico que el ocio (como conjunto de actividades) y el tiempo libre (como
soporte temporal del ocio) comienzan allí donde cesa la obligación, es decir:
en principio ratifican la oposición entre obligación-ocio y tiempo
ocupado-tiempo libre.
La animación sociocultural genera una crítica al sistema social, y
algunas posiciones internas reclaman modificaciones sustanciales; en tanto que
el recreacionismo no ingresa en el tema lo que, por omisión, implica la
aceptación sin más del tipo de sociedad y del rol de sus ciudadanos. Incluso,
la animación sociocultural va más allá de la crítica: intenta construir nuevos
modelos de participación, nuevos valores, etc.
Plantea que el ocio, como conjunto de actividades voluntarias y
placenteras, cumple con tres funciones: descanso, diversión y desarrollo de la
personalidad –las “tres D”-, que se oponen a las consecuencias generadas por el
tiempo obligatorio: cansancio, aburrimiento y automatismos de conducta. En
realidad, el planteo es eminentemente compensatorio o, en términos de F. Munné,
“contrafuncional”.
En síntesis: se podría plantear que así como la animación sociocultural
es disfuncional al sistema social en que participa y que la genera, el
recreacionismo es funcional: ni critica ni modifica. El primero es un modelo de
análisis de la realidad que desarrolla métodos y técnicas en pro de un cambio
social, cultural y personal. El segundo es un conjunto de técnicas para
des-aburrir, ratificando el conformismo.
Así como señalábamos que el recreacionismo, en Europa, tenía un
desarrollo notorio sólo en Inglaterra, podemos ahora indicar que la animación
sociocultural, nacida en Francia, se extendió a todos los países del continente
europeo, incluidos aquellos que pertenecieron al bloque socialista. Y es destacar
que, por ejemplo, uno de cada cuatro franceses participa en algún grupo,
institución o movimiento donde se desarrollan actividades de animación.
LA RECREACION EDUCATIVA
Esta tercera visión de la recreación es la menos conocida y
desarrollada. Ello se da por distintos motivos. Uno de ellos es que su
concepción es reciente, si bien se practica desde hace más de tres décadas en
nuestro país. Ratifica lo antedicho la reciente aparición en nuestro medio del
libro ¿Recrear o Educar? -Memoria compartida sobre las actividades de la
Colonia de Vacaciones "Zumerland"- del Doctor Abraham Paín y
publicado por la editorial Libros del Quirquincho. Otra causa es que su planteo
es más complejo y su puesta en práctica, en nuestra sociedad, se da en
condiciones desfavorables ya que priman en ella los modelos consumistas y no
renovadores del recreacionismo.
A diferencia de la animación
sociocultural, nacida como propuesta concreta para la educación de adultos, la
recreación como ámbito de la educación no formal nace desde la educación
infantil postescolar o extraescolar y para ser complementaria de la
escolaridad. En esa época, la concepción educativa participaba de las
posiciones más radicales de la animación. Hoy podríamos ratificar que este
enfoque no es sino una consecuencia del modelo de la animación, del cual
continúa nutriéndose y al cual, a su vez, aporta.
Pero no es una consecuencia natural o prevista. Las diferencias tanto
teóricas como prácticas son importantes. Si la animación predica la no
directividad, esta posición la ratifica pero agrega la intencionalidad de la
autogestión. Del mismo modo, si la animación postula el trabajo con los
emergentes grupales, la recreación educativa lo valida pero poniendo como
prioridad el cumplimiento de sus objetivos particulares - tanto los de los
participantes como los de la estructura, encarnados en el personal-.
Antes de continuar el análisis debemos dejar en claro que muchos autores
han incorporado "lo recreativo" a la educación. Una de las que más
enfatiza esta posición es la citada Ethel Medeiros. Pero aquí debe quedar claro
que hablando de recreación educativa nos queremos referir a un modelo
pedagógico, a una teoría de la educación a la que le corresponderá un modelo
didáctico. Lo que muchas veces se hace es tomar técnicas
"recreativas" y utilizarlas en el sistema formal: nos referimos a
recursos jugados, divertidos, alegres, etc. pero no a lo que aquí denominamos
"recreación educativa" que implica un cambio de fondo y no de forma
en la concepción de la actividad pedagógica cotidiana.
Estas técnicas "recreativas" son didácticas, se refieren al
cómo. En cambio, la recreación educativa se refiere a la pedagogía, al por qué
y al para qué de cada una de las acciones. Y tiene lugar fuera del ámbito de la
escolaridad; es, de alguna manera, su complemento.
Así como el recreacionismo nacía y se desarrollaba en derredor de la
educación física y la animación a partir de los sociólogos estudiosos del ocio,
la recreación educativa es propiciada por parte de educadores participantes del
modelo formal (la escuela) como del no formal - esencialmente de colonias de
vacaciones y clubes infantiles -, que parten de la concepción de Educación
Permanente y del ejercicio de la libertad en el tiempo: la recreación como
modelo de formación del hombre - actuando supletoriamente ante la
incapacidad del sistema formal para
hacerlo -.
Así, por ejemplo, cualquiera de los tres enfoques organizaría una
actividad campamentil afirmando que tal actividad es recreativa. Y tendrían
razón cada uno desde sus principios. Para la primera posición (recreation) por
ser una actividad saludable al aire libre, para los segundos (loisir) por ser
una tarea grupal movilizadora de formas culturales. Para la tercera no habría
inconvenientes en considerar válidos ambas líneas argumentales; son condiciones
necesarias pero no suficientes: falta analizar los roles protagónicos de los
participantes, las formas organizativas, la noción de proceso permanente, los
niveles de decisión, el planteo y desarrollo de objetivos educativos, etc.,
esto es, el compromiso con la actividad y sus resultados por parte de cada uno
de los participantes. En todo caso, una actividad será más recreativa en este
tercer sentido, cuanto mayor sea el grado de autogestión logrado.
Para clarificar esta óptica puede consultarse el trabajo del autor
"Tiempo Libre y Recreación. Un desafío pedagógico" (Buenos Aires, PW
Ediciones, 1993). Allí se encontrarán las principales diferencias conceptuales:
la noción de tiempo libre, el concepto de libertad, la idea de protagonismo,
etc. Tales diferencias deben generar una práctica diferente no en particular en
las estructuras recreativas como abarcadoras de conjuntos de actividades, sino
en el origen, desarrollo, significado, modos de participación en esas
actividades.
Intentaremos mostrar más en detalle algunas nociones. Comúnmente, la
idea de libertad que manejamos hace referencia a algo fundado en conceptos que
no siempre tenemos muy claro pero que en la práctica implican sólo un permiso:
yo soy libre de hacer algo o de no hacerlo según me lo permitan o no lo hagan.
Por tanto no soy libre a menos que algo , alguien o todos así lo decidan. La
libertad consistiría en que no me obliguen. Curiosamente, el "tiempo
libre" tendría el mismo carácter: es el tiempo en que no me obligan, que
me permiten. Y por eso se concibe un tiempo ocupado, obligatorio o de trabajo y
su opuesto, el tiempo libre. Pero en realidad, este último sólo es libre de la
ocupación, de la obligación o del trabajo. ¿Por qué no denominarlo, mejor,
"tiempo libre de trabajo"?
Lo que queremos discriminar es el tiempo que no me obligan - confundido
con el concepto de tiempo libre- del verdadero tiempo libre, aquél donde ejerzo
mi libertad: no porque otro me permita sino porque yo me exijo. La libertad - y
el grado de desarrollo de la misma- no consistirá en la falta de obligaciones
exteriores sino en la mayor o menor carga de obligaciones interiores. El tiempo
libre será aquél en que más cumplo con esas obligaciones interiores.
¿Y cuál es el papel de la recreación educativa? Generar las condiciones
para la comprensión de la libertad en la práctica concreta: RECREACION será la
educación en y del tiempo libre. Tiempo libre que se inicia como "liberado
de obligaciones" para luego -progresivamente- acceder al "libre para
las obligaciones interiores".
Trataremos en un ejemplo de caracterizar esta posición: en la actividad
campamentil citada más arriba debiésemos tener en cuenta si los participantes
elaboraron el proyecto, la organización, la puesta en marcha, etc. Si fuese
así, habrían pasado por experiencias de campamentos con idea de proceso:
estarían formándose en un tiempo no obligatorio para, paulatinamente ser cada
vez más los protagonistas de esta última actividad, sentirse ellos obligados a
pensar y desarrollar - lo que supone placer, pero ahora creativo- tal acción
independientemente que otros les obliguen o les permitan.
No es factible explicar con detenimiento en este trabajo cómo
"funciona" la recreación educativa sino sólo proporcionar algunas
líneas argumentales. El desafío consistirá en leer, criticar, interrogar y
analizar cómo se accede a la libertad del hombre: por allí transcurre la idea
de la recreación educativa, que no es un método más, es una concepción
educativa diferente hacia la formación de un hombre no sólo libre del tiempo
sino también, y fundamentalmente, en el tiempo.
Muy interesante, contiene información de calidad para realizar trabajos o hacer consultas. Muy bueno
ResponderEliminarun blog con temas muy importantes que se necesitan conocer en la recreacion.
ResponderEliminarcarolina arias
que interesante este blog, muy buenas temas, importantes para nuestra vida profesional...
ResponderEliminarEste documento es fundamental en la primera unidad de la asignatura... Gracias por compartirlo.
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